sábado, 11 de noviembre de 2017

La influencia de la arquitectura y las tecnologías en el espacio habitado por el enfermo con Alzheimer

Materiales y método empleados en la investigación arquitectónica.


Esta comunicación tiene como objetivo presentar, en el VII Congreso Nacional de Alzheimer dentro de la mesa: “Arquitectura y Tecnología en la enfermedad de Alzheimer”, los avances obtenidos en la investigación arquitectónica y tecnológica aplicada a la enfermedad de Alzheimer, tanto en el método aplicado como en los resultados obtenidos. Esta investigación, novedosa y pionera en el ámbito sociosanitario de esta enfermedad, tiene como propósito determinar cuál es el entorno físico más adecuado para incrementar la seguridad, accesibilidad y autonomía del paciente con enfermedad de Alzheimer, y cómo se debe realizar la personalización de su entorno para que se adapte mejor a sus complejas emociones. Un proyecto que se viene ejecutando desde hace tres años y que se enmarca en la línea de investigación “Proyectar para la ausencia de memoria” desarrollada por el grupo Healthy Architecture & City de la E.T.S. Arquitectura de la Universidad de Sevilla en colaboración con la línea de investigación de Neurociencia Básica y Aplicada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga.

El lugar en el que desarrolla su vida diaria el enfermo de Alzheimer es un elemento importante tanto para su calidad de vida como para sus cuidadores. Un espacio accesible, seguro, adaptado, personalizado y flexible permite una mejora notable en las actividades de la vida diaria del enfermo, familiares y cuidadores que conviven con él. Ante la experiencia nueva, desconocida y llena de incertidumbre, que se le presenta a este enfermo y a sus familiares cuando se diagnostica esta enfermedad, es imprescindible abordar su estado emocional y psicológico pero también el ambiente físico que los rodea, adecuando el espacio y su entorno con el fin de mejorar su experiencia del mismo.

Desde las últimas décadas del pasado siglo han surgido numerosos estudios e investigaciones que proponen medidas necesarias para la adaptación del espacio para enfermos con Alzheimer, entre las primeras destacan las elaboradas por Brawley, 1997; Calkins, 1988; Cohen y Day, 1993 o Cohen y Weisman, 1991. Sus estudios y análisis han dado lugar a diversos manuales que, con el paso de los años, han servido de modelo y referencia a edificios y ejemplos arquitectónicos repartidos por toda la geografía mundial, sirviendo de base para elaborar algunas recomendaciones estándar, conocidas y consolidadas dentro del contexto de la accesibilidad o la seguridad y que han sido recogidas en las publicaciones de Mary Marshall, 2001-2014 o Halsall y McDonald, 2015. En el contexto español, se han incorporado a través de diversas de guías de implantación como la promovida por la Fundación la Caixa, 2002 o la del CRE Alzheimer de Salamanca en 2013.

Las soluciones que se han propuesto en los ámbitos de la seguridad y accesibilidad han sido enriquecidas, en esta última década, con aportaciones surgidas de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Las relaciones entre espacio y sociedad, han sido también desarrolladas por disciplinas como la psicología o la neurología, transcendiendo el ámbito de la arquitectura, y dando lugar recientemente a nuevas ramas de conocimiento como la neuroarquitectura desarrollada por Hölscher, 2011. Sin embargo, a pesar del desarrollo logrado en estos campos, todavía no se ha abordado con la misma intensidad un tipo de demandas de este colectivo relacionadas con la percepción de los sentidos, el control del estrés, los recuerdos relacionados con emociones o una mayor autonomía personal e independencia en su vida diaria.

El diseño de espacios adaptados destinados a los enfermos de Alzheimer o habitantes con problemas de memoria, no se ha abordado desde la disciplina arquitectónica. La forma de abordar esta creciente demanda requiere de una nueva perspectiva, de una nueva visión, y parte de entender la Arquitectura como una disciplina que estudia y analiza en las ciudades, los edificios y las casas que habitan los enfermos de Alzheimer desde su punto de vista, desde sus necesidades. Desde el anterior posicionamiento, esta comunicación pretende mostrar la aplicación y los resultados de una serie de innovadoras técnicas diseñadas para determinar, desde la arquitectura y la tecnología, las reminiscencias que produce la arquitectura en los recuerdos, sensaciones o vivencias de los enfermos de Alzheimer, así como la influencia que ésta tiene en el desarrollo de sus actividades diarias.

En las pruebas realizadas, a través de varios parámetros preestablecidos, se han analizado elementos arquitectónicos que pueden repercutir en el estado físico y emocional del enfermo como: la orientación, los materiales, la luz, la escala del espacio o la estimulación sensorial.

Las principales técnicas que se han diseñado y aplicado han sido:

- Encuestas entre enfermos, familiares y cuidadores profesionales, realizadas gracias a la importante colaboración de CEAFA. En esta comunicación se presentará un primer avance de los resultados obtenidos hasta el momento.

- Representar por medio de uno o varios dibujos el espacio doméstico habitado por el propio enfermo; en concreto, el espacio de noche, es decir, su propia habitación y, por otro lado, el espacio de día o su casa y/o vivienda.

- Recorrer y visitar edificios de arquitectura contemporánea, de calidad contrastada, analizando cómo y de qué manera, influyen determinados aspectos de los mismos en las emociones o sensaciones del enfermo.


Estas técnicas han sido realizadas con una muestra de población perteneciente al AFA Málaga, desde el otoño 2016 hasta junio 2017. Algunos de los resultados obtenidos, hasta el momento, muestran que los factores espaciales que más repercuten en el confort y bienestar de las personas con enfermedad de Alzheimer sobre las que se ha realizado el estudio son: la iluminación natural (77%) y la temperatura (59%). Otra de las técnicas utilizadas ha permitido demostrar que el 76% de los enfermos identifican o recuerdan el espacio por la presencia o la disposición de mobiliario dentro de las estancias; o que el 61% asocia la funcionalidad de un determinado espacio por la existencia de elementos reconocibles y vinculados a alguna actividad concreta o momento del día. Un avance de estos resultados se expondrá en la presente comunicación.



Estos resultados, una vez procesados y aplicados, permitirán desarrollar e implantar una serie de principios y pautas al diseño del espacio habitado por el enfermo, de manera que cualquier persona o familia pueda incorporarlos al espacio doméstico en el que vive, permitiendo realizar una vivienda adaptada a las necesidades específicas del enfermo y, por consiguiente, propiciar no sólo una reducción de costes indirectos sino un incremento en la calidad de vida del propio afectado por alzhéimer y de los cuidadores que conviven en él.



Santiago Quesada-García
Pablo Valero-Flores
J. Pablo Lara Muñoz


Málaga, 9, 10 y 11 de noviembre