lunes, 14 de octubre de 2013

Una topografía de la arquitectura malagueña

Casa Bernard Rudofsky (Frigiliana)
El paisaje de la arquitectura malagueña, en los últimos años, delata el modo en que su sociedad se ha ido adaptando, a través de equilibrios más o menos frágiles, más o menos estables, más o menos tensionados, a las diversas situaciones que ha atravesado en la transición de un siglo a otro. Es un paisaje desconocido, poco valorado, nada homogéneo y en constante mutación, que está compuesto por obras de arquitectura, edificios que componen un paisaje con diferentes intensidades y grados de coherencia pero que, en su conjunto, definen un sistema estético con consistencia en un tiempo y una geografía determinados.


Los elementos que componen ese paisaje, no necesariamente relacionados entre sí, han buscado su propia coherencia en las condiciones o circunstancias particulares de cada momento y cada lugar.Son elevaciones que nunca surgen individualmente sino que siempre van precedidas o acompañadas de pequeños movimientos y de una compleja orografía que explica cómo y por qué surgió aquel elemento principal.

Como ocurre cuando diferentes fuerzas geológicas se concentran en un punto para formar una montaña, un volcán o una Escuela de Arquitectura, punto de inflexión o inicio de una fecunda nueva etapa que está abriendo nuevas vías y paisajes por descubrir y consolidar. De aquí la necesidad de reconocer, conocer, valorar y transmitir los estratos, montañas, bosques, ríos y valles que componen los paisajes de la arquitectura malagueña porque éstos son los que hacen posible que exista un terreno abonado para que surjan obras ejemplares Son fondo y figura de diferentes paisajes que definen el marco histórico, cultural y social que otorga sentido, consistencia y rigor al proyecto arquitectónico realizado en el territorio malagueño.

Hotel Alay (Benalmadena)



















Ese cruce de fuerzas, la solicitación capaz de generar objetos de interés, comenzó en las décadas de los sesenta y setenta, a lo largo de la Costa del Sol y en torno a una actividad concreta. El acontecimiento del turismo produjo situaciones que generaron arquitecturas de una innegable calidad, el Hotel Alay en Benalmádena, el Hotel Pez Espada en Torremolinos, el Club Náutico en Torre del Mar. Son fragmentos de un paisaje en continua transformación que, además, cambia sustancialmente al girar la mirada de un punto a otro, de un momento a otro.

Club Náutico (Torre del Mar)
En las ciudades, habitar significa construir y construir es el proceso de levantar una morada en un lugar donde es posible relacionarse con otras personas. Tras el acontecimiento turístico, los arquitectos comenzaron a pensar la ciudad desde y para la residencia, desde los servicios, desde los espacios públicos. Germinan obras que dibujan nuevos panoramas al renovar la fisonomía de lugares heredados como las intervenciones urbanas en torno a la calle Larios, plaza de las Flores o calle Granada…

Facultad de Ciencias Sociales y Empresariales de la Universidad de Málaga

Van surgiendo nuevos hitos, nuevos edificios como el Complejo de Estudios sociales y empresariales, el Centro Andaluz de Investigación, la Facultad de Ciencias de la Salud, promovidos por la UMA, o los distintos inmuebles de equipamientos realizados desde la Gerencia de Urbanismo, como el Auditorio o el Centro ciudadano. Todos ellos, son elementos que cambian y modifican nuestra mirada, enseñándonos a valorar la contemporaneidad. También en la provincia se delinean nuevos paisajes con elementos como el Centro de salud en Alora o el edificio de oficinas en los Altos del Toril de Torremolinos. Como telón de fondo, está presente un tejido trenzado por una arquitectura residencial de gran calidad, con ejemplos como las viviendas sociales en Soliva Este del IMV o las realizadas en promociones privadas, como el edificio de cuatro viviendas en altura para una familia en Benalmádena o las siete viviendas unifamiliares adosadas en Casabermeja que descienden suave y naturalmente en la ladera sobre la que se asientan.

Iglesia de Stella Maris (Málaga)

Esas obras de arquitectura, construidas en estos últimos cuarenta años, son puntos que dibujan una topografía más que una historia. Son ejemplos en los que priman las estrategias de diseminación territorial, de filtración y contaminación, a la vez que aceptan entradas y múltiples lecturas, frente a la inclinación de estudios históricos por realizar una taxonomía de rasgos estilísticos con el vano objetivo de redibujar una línea que explique, por razones de causa y efecto, esas manufacturas basándose en parámetros de autoría, de originalidad, de obras maestras o concatenación cronológica. La cartografía arquitectónica que emerge, siempre temporal y provisional, es la unión de todos los puntos de una topografía que no sólo representa sino que significa los múltiples paisajes de la arquitectura contemporánea malagueña.

Observatorio de Medio Ambiente Urbano (Málaga)
Esperar lo inesperado es señal de un espíritu moderno, decía Oscar Wilde. La sobremodernidad conduce a constantes desplazamientos de la mirada y recreaciones de imágenes. Para el individuo contemporáneo la captura de nuevos paisajes ha convertido el viaje en un instrumento fundamental donde las figuras recurrentes son siempre las de un atlas. Por ello, el ciudadano necesita hacer un mapa, un itinerario, organizar un conjunto de conocimientos, cada vez más fragmentados, en una lista especializada y voluntariamente no ideológica. Ese viaje remite a la responsabilidad personal de trazar un recorrido posible, disponer los materiales de lo contemporáneo en una descripción que pueda ser compartida por los demás y que, además, permita reconocer los diferentes panoramas con los que convive, descubriendo los inesperados paisajes arquitectónicos que surgen en el territorio en el que habita y valorando la belleza de uno de los paisajes de la provincia de Málaga, el construido por el propio ser humano.

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Málaga



















Málaga, 14 de Octubre 2013.




Publicado en:
DIARIO SUR, Málaga 2013